Del Atlas a los Apeninos, de Maria Attanasio Ediciones Traspiés, 2021 |
Es esta la historia de Youssef, uno de esos Ulises del otro lado del Estrecho que navegan de manera incierta en pos de una Ítaca que, en este caso, tiene forma de bota. Nuestro protagonista viaja a Italia en busca de su madre, igual que ciento treinta y seis años atrás Marco fuera en pos de la suya a Argentina, en aquel relato, De los Apeninos a los Andes, que incluyó Edmundo De Amicis en su novela Corazón. Yo leí aquel libro de niño, después de descubrir en los tebeos de la colección Joyas literarias juveniles las aventuras de aquel genovés de trece años y de seguir por televisión la serie de dibujos animados, a la que estábamos enganchados toda la chavalería. En ella, Marco ya no viajaba solo, sino que lo acompañaba Amedio, su inseparable mono blanco. Recuerdo arrancar del libro de historia del cole (tal vez de 4º o 5º de la EGB) los mapas de Italia y de Suramérica, y de llevarlos doblados en el bolsillo del pantalón cuando jugaba a Marco. Igual andan aún ocultos en el interior de algún atlas. Lo que sí tengo localizado en la vitrina es el álbum de la serie, cuyas estampas venían con los yogures de Danone.
Mis álbumes de Marco de Danone (Colección personal de Pedro Delgado) Páginas centrales con los principales protagonistas
Marco. De los Apeninos a los Andes, álbum de Danone de 1976
(Colección personal de Pedro Delgado)
Aquella historia nos recuerda que Italia fue durante mucho tiempo, al igual que España, un país de emigrantes, de ahí la intencionalidad de la autora, la siciliana Maria Attanasio (Caltagirone, 1943), al titular esta obra, cuyo tema es la inmigración contemporánea.
Maria Attanasio (Castalgirone, 1943) |
Fiel a su método de trabajo, atenta a las continuas y casi diarias noticias proporcionadas por los medios acerca de todo tipo de calamidades ocurridas a inmigrantes, cuenta la escritora que mantuvo largas conversaciones con un grupo de muchachos magrebíes de un centro de acogida de "menores no acompañados" cercano a Caltagirone, cuyas tremendas odiseas constituyen el perfil narrativo de Youssef.
Maria Attanasio: una escritura comprometida
Del prólogo de Trinidad Durán (traductora de la obra)
Tras un viaje extremo que tiñe el mar de drama, Youssef recala en Sicilia, con el objetivo de seguir hasta Bolonia, donde trabaja su madre cuidando de una anciana de la familia Purisi.
Más que el calor, más que el cansancio, más que los enérgicos pescozones del encargado, cuyas órdenes en italiano no entiende al principio, lo que lo desorienta más que ninguna otra cosa, en su nueva vida en los invernaderos, es la pérdida de su nombre.
Todos los paisanos han perdido su nombre originario: Ahmed se ha convertido en Aldo, Rachid en Riccardo, Youssef en Giuseppe; nombre que decididamente rechaza, reivindicando para sí el de Marco, como el protagonista de una serie italiana para niños que había visto en la televisión con Fouad, en su casa; con la parabólica, comprada en el mercado negro por unos pocos dírham, podían ver todos los programas del mundo, pero ellos solo elegían los italianos, tratando de memorizar todas las palabras que podían […]
En estas páginas, repartidas en tres partes y escritas en un lenguaje sobrio que huye del sentimentalismo, están las mafias de tráfico de seres humanos y los que se aprovechan de la desesperación de los emigrantes para explotarlos, pero también la gente honesta que ayuda a los demás sin pedir nada a cambio.
Mohamed Oumlili leyendo Del Atlas a los Apeninos, de Maria Attanasio Biblioteca del IES Isaac Albéniz Fotografía: Pedro Delgado |
Sin duda, esta es una nouvelle que no debería faltar en las bibliotecas de los institutos, no solo porque sea un relato de formación, sino por que la propia autora afirma que va destinada a los jóvenes lectores, a los que ayudará a profundizar en las injusticias de esta mundo globalizado en el que mientras unos carecen de lo más elemental, los otros no saben ya en qué gastar su dinero.
Estamos pues ante un relato didáctico, que quiere hacer reflexionar a las jóvenes generaciones y recordarles que no pueden convertir sus países en territorios sin memoria, que rechazan al otro por miedo e ignorancia, porque como dice la escritora: "ser extranjero no es una condición ontológica, sino un modo de ser mirados, considerados"; y explica, en otro momento:
"Porque la barbarie se perfila de nuevo amenazadora en el horizonte histórico: con la criminalización de los ilegales, la caza del mendigo, la persecución del diferente, la quema de poblados chabolistas, el retorno de la esvástica disfrazada de modernidad".
Maria Attanasio: una escritura comprometida
Del prólogo de Trinidad Durán
No hay comentarios:
Publicar un comentario