miércoles, 29 de enero de 2020

EL NADADOR, DE PABLO BARCE, EN LOS PREMIOS GOYA DE MÁLAGA

Tan seguro estaba de que Pablo Barce se alzaría con el Goya al mejor cortometraje en la gala de Málaga, que la noche anterior soñé que lo ganaba. “Y el Goya es para Pablo Barce por El nadador”, decía Dani Rovira (ausente en la gala) en mi sueño. Y Pablo, con la modestia y la humildad que lo caracterizan, improvisaba un discurso en el que además de darle las gracias  a su familia, a su productor y a su equipo, mencionaba a esos seis marineros desaparecidos en las aguas del cabo Espartel en Marruecos; unas palabras de aliento, ánimo y esperanza (hoy de consuelo) para los familiares de la tripulación del pesquero “Rúa Mar”. Y lo hacía pensando en esos otros marineros que faenan en su corto en aguas territoriales marroquíes, interpretados en la cinta por su hermano Sergio Barce y Mario Zorrilla, al que tanto admiraba el añorado Pablo Cantos que, desde dónde quiera que esté, habrá disfrutado de lo lindo con todo lo que ha deparado este cortometraje.

Sergio Barce hijo en un barco pesquero interpretando a un marinero en El nadador
Cortometraje dirigido por Pablo Barce

Mario Zorrilla interpretando a un marinero en El nadador, cortometraje de Pablo Barce

 Marineros que saben del peligro que entraña la mar y que acogieron al protagonista (al que interpreta Taha El Mahroug) en su embarcación cuando nadaba hacia España o hacia una muerte segura, pues el Estrecho, por mucho que se vean ambas costas en un día claro, tiene más kilómetros de los que parece.

Cartel de El nadador, cortometraje de Pablo Barce nominado a los Premios Goya

 Dos semanas antes de los Premios Goya, Pablo Barce ganó el Premio Forqué al mejor cortometraje; lástima que para entonces ya estuviese cerrada la votación para los Goya, porque probablemente el resultado en Málaga habría sido distinto.
 La noche del sábado, Pablo aceptó con deportividad el voto de los académicos. Estar Nominado ya era un premio, algo inimaginable hace unos años cuando César Martínez Herrada le abrió las puertas de Dexiderius.
 Estoy seguro de que Pablo y César tendrá más oportunidades (con otro corto, con un largo…), y de que nosotros estaremos ahí para disfrutarlo.

Sergio Barce, Ana Berrocal, Pablo Barce, Lola, César Martínez y Charo Sánchez
34 edición de los Premios Goya (Málaga, 25 de enero de 2019)

 Y, ya de paso, ojalá que el corto de Pablo sirva también para poner en alza los relatos y novelas de su padre, Sergio Barce, pues como ya les conté El nadador está basado en uno de sus cuentos. Me consta que están adaptando otro más. No les diré cual para mantener el secreto, pero sí que aparece en el volumen de relatos Últimas noticias de Larache (Aljaima, 2004) y en la recopilación de sus cuentos Paseando por el Zoco Chico (Ediciones del Genal, 2015).

1615869-paseando-por-el-zoco-chico.html

 Mientras ese otro corto se convierte en realidad, les voy a proponer un juego a modo de divertimento: háganse con un ejemplar, léanlo y apuesten por uno de ellos. Y dentro de un tiempo sabrán si acertaron.


Más entradas sobre Pablo Barce en este blog:

https://cartadesdeeltoubkal.blogspot.com/2018/04/con-permiso-de-john-cheever.html

https://cartadesdeeltoubkal.blogspot.com/2020/01/el-nadador-de-pablo-barce-premio-forque.html

domingo, 19 de enero de 2020

EL NADADOR, DE PABLO BARCE, PREMIO FORQUÉ 2020 AL MEJOR CORTOMETRAJE


Pedro Delgado, Pablo y Sergio Barce en la proyección de El nadador en el Ateneo
Málaga, 6 de septiembre de 2019. Fotografía: María Márquez

Recuerdo unos Reyes de mis hijos en los que un par de regalos no llegaron a tiempo, pues venían por barco desde el mismísimo Japón. Cuando por fin los trajo el cartero, los envolvimos con el mismo papel que habíamos empleado la noche del 5, y los dejamos bajo el árbol de Navidad, detrás de las latas navideñas donde guardábamos las bolas y los adornos. Fue unos días después, al ir a recoger el árbol, cuando descubrieron con gran alborozo aquellos paquetes que pensaron se les habían despistado.

 Pues bien, ver a Pablo Barce ganar el premio al mejor cortometraje en la 25 edición de los Premios Forqué con El nadador, el pasado 11 de enero, fue para mí como ese regalo de Reyes pasado de fecha de mis hijos. Una alegría inmensa. Seguía la gala por televisión desde el sofá de casa, y mis gritos de júbilo debieron de oírlos hasta el último de los vecinos. Luego la emoción de ver a Pablo Barce subir al escenario a recoger el premio junto a los productores César Martínez Herrada y Antonio Hens. La calma, la humildad y la alegría que transmitía Pablo, y la emoción en el rostro y la voz contenida del amigo César al compartir el premio.
 Como le dije esa misma noche a su padre, Sergio Barce, autor del relato en el que está basado el corto y coguionista del mismo junto a su hijo, aquella era la prueba de que los sueños, por muy descabellados que sean, a veces se cumplen.

César Martínez, Pablo Barce y Antonio Hens con el Premio Forqué al Mejor Cortometraje
por El nadador
Fotografía: Carlos R. Alvarez (Getty Images)

 Hace unos meses, el 6 de septiembre de 2019, fui con Lucía a la proyección de El nadador en el Ateneo de Málaga. Ya habíamos visto la obra prima de Pablo en su momento en el cine Albéniz durante el Festival de Cine de Málaga en 2018, y le había dedicado un artículo en mi blog*, pero no quisimos perdernos la oportunidad de verlo de nuevo, más sabiendo que Pablo conversaría después con el público.

*https://cartadesdeeltoubkal.blogspot.com/2018/04/con-permiso-de-john-cheever.html

 Aquella tarde de verano Lucía me dejó su teléfono móvil para grabar las palabras de Pablo, y esta tarde de invierno lo ha montado para que ustedes puedan verlo. Los medios y mi ubicación no eran los más apropiados, pero lo que Pablo nos cuenta sí: secretos y curiosidades del rodaje, las adversidades a las que tuvo que enfrentarse, el tesón y el esfuerzo que puso en la realización del cortometraje… Todo está aquí.


 Al final de la grabación Pablo Barce nos dice que fue una osadía dirigir El nadador. Como ven, la osadía tuvo recompensa:


Mejor Cortometraje en la 25 edición de los Premios Forqué
Nominado al mejor cortometraje Premios Goya 2020

 Enhorabuena a Pablo y a todo su equipo. Ojalá esa Nominación se convierta en otro Premio esta semana, más siendo la gala en Málaga, su tierra natal.

 Y por si se perdieron la gala de los Premios José María Forqué, les dejo el enlace de RTVE para que la vean. Los premios al mejor cortometraje se entregaron en el minuto 20:45.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/premios-jose-maria-forque/gala-xxv-premios-jose-maria-forque-2020/5481876/

 El corto se puede ver en el siguiente enlace:
https://vimeo.com/369795947


martes, 7 de enero de 2020

ORO, INCIENSO Y MIRRA


Como todos los años, los Reyes Magos de Oriente cumplieron con la tradición y me dejaron sobre el sofá unos cuantos regalos. Ninguno caro, fastuoso y vacío. Al contrario, alimentos para el alma que harán más agradables las largas tardes de invierno que aún nos esperan. Y como es verdad que los regalos que recibimos también nos definen, quiero compartirlos con ustedes en este blog, como preludio de libros y películas que aparecerán por aquí.

Mis regalos de Reyes de 2020. Fotografía: Lucía Rodríguez

 El oro es Mimosas –la película de Oliver Laxe que vi en el cine Albéniz en el 2017, y de la que ya les hablé*– en una edición especial limitada que incluye La debilidad de creer. Diario de rodaje de Mimosas, escrito por Santiago Fillol (coguionista) entre febrero y abril de 2015, y el corto Paris#1 rodado por Oliver Laxe en 2007.


 El incienso sería El rey de los genios y otros relatos, de Muhammad Zafzaf (Huerga y Fierro Editores, 2002), escritor nacido y muerto en Casablanca del que nunca había oído hablar. Imperdonable no haber leído El rey de los genios habiendo pasado por su morada (Sidi Shamharush) tantísimas veces camino del Toubkal.

El rey de los genios y otros relatos, de Muhammad Zafzaf. Fotografía: Lucía Rodríguez

 La mirra podría ser Sujeto elíptico, del malagueño Cristian Crusat (Editorial Pre-Textos, 2019), otro título enclavado en el mundo bereber que desconocía, una mezcla de narración, ensayo, biografía y relato de viajes que ganó recientemente el Premio Tigre Juan al mejor libro de 2019.

Sujeto elíptico, de Cristian Crusat. Fotografía: Lucía Rodríguez

 Y como Sus Majestades fueron generosas, añadieron: 

 Una bandada de cuervos, del japonés Denji Kuroshima (Ardicia Editorial, 2014), conjunto de relatos que refleja la suerte de soldados y civiles durante la llamada "Intervención siberiana" de 1918 que enfrentó a las tropas japonesas y al recién creado Ejército Rojo. Quizás porque Kuroshima fue reclutado y enviado a combatir a Siberia, presiento que esas 168 páginas me van a llevar a releer esa obra maestra de Hugo Pratt que lleva por título Corto Maltés en Siberia, enmarcada en el mismo tiempo y lugar (aunque el veneciano sumó China a la aventura).

Personajes de Corto Maltés en Siberia sobre Una bandada de cuervos, de Denji Kuroshima
Fotografía: Pedro Delgado

 Dos westerns que tengo muchas ganas de ver: Los hermanos Sisters, de Jacques Audiard, y Blackthorn (Sin destino), de Mateo Gil. El segundo, ambientado en Bolivia y en torno a la figura de Butch Cassidy, seguro que me transporta al país andino, donde rastreé, hace ya muchos años, las huellas de Butch Cassidy y Sundance Kid, aquellos forajidos de leyenda que retrató George Roy Hill en Dos hombres y un destino.



 La película de animación Un día más con vida, de Raúl de la Fuente y Damian Nenow, inspirada en la obra homónima de Ryszard Kapuscinski, que recoge la experiencia del periodista y escritor polaco en la guerra civil angoleña.


 El film de Isabel Coixet Nadie quiere la noche, acerca de la esposa del explorador estadounidense Robert Peary, encarnada por Juliette Binoche en la Groenlandia de 1908.


 Y, por último, Feliz Navidad, Mr. Lawrence, de Nagisa Oshima, donde actúa mi añorado David Bowie. No recuerdo en qué cine vi la película cuando la estrenaron en 1983, pero el tema principal de su banda sonora (de Ryuichi Sakamoto) se me quedó grabado en la memoria; para desgracia de mi hijo Pedro, que tuvo que escuchármelo tararear innumerables veces durante nuestro último viaje por el sudeste asiático.


 Y nada más, espero que los de Oriente hayan acertado con ustedes y les deseo un Feliz Año Nuevo con libros que leer, películas que ver, discos que escuchar, aventuras por vivir y retos que superar en este año que recién estrenamos.