domingo, 7 de febrero de 2021

CAPA. ESTRELLA FUGAZ, EL CÓMIC SOBRE EL FOTÓGRAFO ROBERT CAPA


Capa. Estrella fugaz, de Florent Silloray (Ed. Blume)

Estas noches he estado leyendo Capa. Estrella fugaz (Editorial Blume), la novela gráfica del francés Florent Silloray con la que me topé por sorpresa en una de mis visitas a las tiendas de cómics de mi ciudad.

 Mientras leía la intensa vida del fotógrafo húngaro, y por esas sincronías de las que les hablo a veces, Lucía enfilaba los últimos capítulos de La chica de la Leica, novela sobre la también malograda fotógrafa Gerda Taro, pareja artística y sentimental de Capa.

 Cuando tras un rato de lectura nos vencía el sueño y dejábamos los dos libros sobre mi mesita de noche, uno encima del otro, y apagábamos la luz, me reconfortaba pensar que de esa manera volvían a estar juntos, que podían escapar por unas horas de las páginas y las tapas que los encerraban y bajar, tratando de nos despertarnos, al salón de la casa. Allí se servían un negroni o un americano, ponían algo de música en el tocadiscos con el volumen bajo, curioseaban los libros de pintura y de fotografía de Lucía –entre los que hay un catálogo de la retrospectiva de Capa en Málaga de 1990, otro de los 50 años de Magnum que adquirí en la exposición del Reina Sofía de Madrid en 1993 y el volumen con la hojas de contacto de la Magnum que compró Lucía en la exposición de la Fundación Canal en 2017– y, antes de que amaneciese y sonasen los despertadores, antes de volver a meterse en sus libros, hacían el amor sobre el sofá Ektorp de Ikea. Quizás por no romper ese hechizo, al terminar nuestras lecturas hemos dejado los dos libros juntos en la estantería del salón.

Página 7 de Capa. Estrella fugaz (Editorial Blume)
© Editions Casterman, S.A./Florent Silloray
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 La alemana Gerda aparece por primera vez en la página 7 del álbum. Primero en la primavera de 1936, compartiendo con Capa estrecheces y cama en una humilde habitación del hotel de Blois de Montparnasse. En esa página, de aguadas con acrílicos, Capa no es todavía Capa sino Endre, Endre Friedmann. Su seudónimo llegará en la última viñeta de la página 9.

Página 8 de Capa. Estrella fugaz (Editorial Blume)
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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Página 9 de Capa. Estrella fugaz (Editorial Blume)
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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 La "idea estupenda" de Gerda los sacará de la miseria. Las fotografías del "estadounidense" Robert Capa se empiezan a cotizar, y lo contrata un importante periódico de izquierdas. La farsa no dura mucho, pues Lucien Vogel, el redactor jefe del periódico descubrirá el engaño.

«Nuestra mentirijilla le hizo gracia, pero ahora Gerda ya no podrá exigir nuestras tarifas desorbitantes…»
«…aunque lo que hemos perdido en cantidad de dinero, lo he ganado en complicidad con Vogel...»

 En julio de ese mismo año, una llamada telefónica los llevará a Barcelona a cubrir la guerra civil.

Cuatro primeras viñetas de la pág. 12 de Capa. Estrella fugaz
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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 Ambos empuñaran las cámaras a favor de la República, formando un tándem perfecto.

Página 15 de Capa. Estrella fugaz (Editorial Blume)
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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«He revisado sus planchas de contactos; sus fotografías están impregnadas de su gracia y su talento. Sus progresos son rápidos y ahora nos disputamos el mejor ángulo, que ella parece encontrar por instinto. Enviamos a París nuestros negativos. Algunas veces sus fotografías se atribuyen a Capa. Eso logra enfurecerla».

 En la retaguardia hacia Madrid, en septiembre, Capa le pedirá matrimonio; pero Gerda no está por la labor. «¿Tú me ves a mí, Gerda Taro, sometida a la institución burguesa del matrimonio?».

 En febrero de 1937, tras un rápido viaje de ida y vuelta a París, regresan a Madrid donde se instalan en el hotel Florida, el cuartel general de los corresponsales extranjeros entre los que se encuentra el mismísimo Hemingway.

 En julio de ese año, el director de Ce Soir reclama la presencia de Capa en París. Capa intenta que Gerda lo acompañe, pero ella se niega a abandonar Madrid sin antes cubrir una victoria republicana. Capa no volverá a verla con vida. Es la primera fotógrafa que muere en combate.

Página 23 de Capa. Estrella fugaz (Editorial Blume)
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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© Robert Capa. © International Center of Photography / Magnum Photos
Gerda Taro en el frente de Córdoba, España. Septiembre de 1936

 Gerda Pohorylle, más conocida como Gerda Taro, es enterrada en la página 25. A partir de ahí, lo que restan son 61 páginas llenas de viñetas contando la azarosa y apasionante vida de Capa, quien tendrá que lidiar con su pena y sus fantasmas cubriendo un conflicto tras otro, a veces de forma suicida, como si buscara la muerte. La parca como una liberación. En el 39 ve la caída de China en manos japonesas, la caída de la República en España –«¿De qué han servido las fotografías que publicamos, los riesgos que corrimos con los combatientes..., la muerte de Gerda?»– y la caída de gran parte de Europa en manos de Hitler. Asiste a la operación Torch en el norte de África, y salta en paracaídas sobre Sicilia donde se une a la 1ª división, que está pisándole los talones al ejercito alemán en retirada y a sus aliados italianos. Cubre los tremendos bombardeos de Nápoles, y el 6 de julio de 1944 participa en el desembarco de Normandia. Es el único fotógrafo que interviene en el primer asalto.

Página 58 de Capa. Estrella fugaz (Editorial Blume)
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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Página 59 de Capa. Estrella fugaz (Editorial Blume)
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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 «El corresponsal de guerra tiene su apuesta –su vida– en sus propias manos, y puede ponerla en este caballo o en aquél, o la puede devolver a su bolsillo en el último momento. Soy un jugador. Decidí marcharme con la Compañía E en la primera ola.», escribió después de aquel día.

© Robert Capa. © International Center of Photography / Magnum Photos
Desembarco en el Día-D de tropas estadounidenses en la playa de Omaha
Normandia, 6 de junio de 1944

© Robert Capa. © International Center of Photography / Magnum Photos
Soldado estadounidense en el primer asalto del Día-D a la playa de Omaha
Normandia, 6 de junio de 1944

 Muchos dicen que sus fotos del desembarco están demasiado borrosas y desenfocadas, pero a ver a quién no le tembló el pulso esa mañana al tratar de ganar la playa. Saltar de la lancha transbordadora al agua y correr hacia los búnkers y las trincheras enemigas desde donde te disparaban sin descanso. Tratar de tomar la playa bajo el fuego de las metralletas. Capa desembarcó en Omaha. Yo estuve allí y en las otras cuatro playas con mi hijo pequeño en el verano de 2015, y sé la distancia que hay desde el agua hasta el búnker más cercano. Y también he visitado las tumbas de los miles de soldados que sacrificaron sus vidas por nosotros. Si saltar a la orilla en cualquiera de aquellas playas ya era un poderoso acto de valentía, imagínense hacerlo con una cámara en lugar de con un fusil.

Pedro haciendo autoestop por las playas de Normandia
Sainte-Mère-Église, 5 de agosto de 2015
Fotografía: © Pedro Delgado Fernández

Pedro contemplando las playas de Utah desde los restos de un búnker
5 de agosto de 2015. Fotografía: © Pedro Delgado Fernández


Playas de Omaha, Normandia (Francia)
9 de agosto de 2015. Fotografía: © Pedro Delgado Fernández

Cementerio Americano de Normandia, Omaha Beach (Francia)
9 de agosto de 2015. Fotografía: © Pedro Delgado Fernández

 El 25 de agosto de ese año Capa entra con la 2ª división blindada en el París liberado, y se desplaza a las Ardenas, donde la guerra continúa.

Dos primeras viñetas de la pág. 64 de Capa. Estrella fugaz
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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 Tras saltar sobre el Rin con la 17º división aerotransportadora, avanza hacia Leipzig. Allí, con Alemania a punto de caer, fotografiará su último cadáver de esa guerra.

Últimas cinco viñetas de la pág. 68 de Capa. Estrella fugaz
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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@ Robert Capa. © International Center of Photography / Magnum Photos
Soldado estadounidense asesinado por un francotirador alemán
Leipzig, Alemania. 18 de abril de 1945

 Capa no volverá a sumergirse en los combates hasta la guerra árabe-israelí de 1948. De aquel conflicto conservará la marca de una bala perdida en uno de sus muslos, una herida que le permita darse un respiro y viajar a Budapest. Tras diecisiete años de ausencia vuelve a ver el Danubio de su infancia, y visita el apartamento donde vivió de niño en la parte vieja de la ciudad. Es un paréntesis más entre tanta guerra, como sus idas y venidas por Estados Unidos, México y Rusia a lo largo de su vida –mostradas por Silloray sobre el fondo sepia de las viñetas iluminadas con el pincel mojado de blanco–, porque Capa, como dijo Irwin Shaw, había perfeccionado el truco de convertir la vida entre las ciudades bombardeadas y los horribles campos de batalla en alegre, elegante y atractiva.

 El álbum también recoge sus problemas con el alcohol y el juego; su relación sentimental con Ingrid Bergman y otras mujeres; sus amistades, de la talla de Picasso, Hemingway, Matisse o Steinbeck; la creación de la famosa agencia Magnum y de la productora de películas World Video; y por supuesto, el encuentro final con su destino en la guerra de Indochina. Y todo ello contado en primera persona, para hacernos sentir por unas horas que somos el mejor fotógrafo de guerra del mundo.

Página 85 de Capa. Estrella fugaz (Editorial Blume)
© Editions Casterman S.A./Florent Silloray
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Capa. Estrella fugaz

Florent Silloray

Traducción de Eva María Cantenys

Primera edición de 2017

Editorial Blume

Capa. Estrella fugaz, la novela gráfica sobre el fotógrafo Robert Capa
Editorial Blume © Editions Casterman S.A./Florent Silloray

Nota: Mi agradecimiento a Tina Tonero y Christel Masson, de la editorial francesa Casterman, por la autorización para reproducir las páginas, viñetas y cubiertas del cómic. Igualmente a Aroa Borlán y Elsa Gasòliba de la Editorial Blume.


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