domingo, 14 de julio de 2024

LOIRA, LA NUEVA NOVELA GRÁFICA DE ÉTIENNE DAVODEAU


Loira, de Étienne Davodeau (Ediciones La Cúpula)
Fotografía: Lucía Rodríguez

Si ustedes buscan 'Loira' en internet, verán que es un río de la vertiente atlántica que discurre únicamente por Francia, y que sus casi 1.006 kilómetros de longitud lo convierten en el más largo del país. Desde estos últimos meses, también les aparecerá que Loira es la última novela gráfica de Étienne Davodeau, cuyas páginas, como el río, nos recuerdan que los caminos de la vida son siempre sinuosos.

 Las historias de Étienne Davodeau (Botz-en-Mauges (Maine-et-Loire), 1965) tienen la particularidad de que siempre logran alcanzarnos. Aunque sus cómics parezcan hablar de él, a través de sus personajes, transciende lo universal, erigiéndose en el notario de toda una generación de cincuentones o sesentones, sin la connotación irónica o despectiva que acompaña a veces a los vocablos donde se acopla el sufijo «-entón».

Corredores aéreos, de Étienne Davodeau (Ediciones La Cúpula)
Fotografía: Pedro Delgado

 Esa autoficción es algo muy francés. De hecho, Loira (Ediciones La cúpula, 2024) podría ser una de esas películas galas de Jean Becker, Patrice Leconte, Stéphane Brizé o Laurent Cantet en las que la vida discurre sin más, con sus giros y sus revueltas, sus luces y sus sombras, porque ninguna vida es solo maravillosa o terrible.

 Étienne nos muestra que, a pesar de los pesares y de que los años caen sobre nosotros a una velocidad de vértigo y pesan como una losa, todavía existen cosas bellas a nuestro alrededor por las que merece la pena vivir. Y en un mes negro de junio, en el que hemos perdido a la cantante Françoise Hardy, sin saber todavía cómo decirle adiós, y a la actriz Anouk Aimée, de la que me enamoré nada más verla en La dolce vita, podría decir que las páginas de Loira , además de una celebración madura de la vida, son también una reflexión sobre la relación de los vivos con los muertos.


Anouk Aimée (París, 1932-París, 2024)
Instagram de Manuela Papatakis, hija de Anouk
Fotografía: Giancarlo Botti

 El escritor Jordi Amat decía recientemente, en una columna sobre Bruce Springsteen, que "cuando se es adulto, la muerte debe ser contemplada con reverencia para poder celebrar cada instante de la vida. Enfrentarnos a la muerte para no dejar de vivir intensamente". Y a eso es a lo que nos lleva Étienne en este nuevo álbum. A eso y a comprender que no podemos deshacernos de nuestro pasado.

 Cuatro desconocidos –Louis, Jalil, Suzanne y Nicolas– se reúnen unos días en una casa en el campo, en el valle del Loira. Los ha convocado Agathe, la propietaria, una vieja amiga con la que compartieron una vez un periodo feliz de sus vidas. Faltan algunos más que no podían o no querían asistir.

Pág. 18-19 de Loira, de Étienne Davodeau (Ediciones La Cúpula)
Fotografía: Lucía Rodríguez

Pág. 20-21 de Loira, de Étienne Davodeau (Ediciones La Cúpula)
Fotografía: Lucía Rodríguez

 Han llegado de forma escalonada, y cuando ya están todos a la mesa, Lydia y Samuel, que han hecho hasta ese momento de anfitriones, les comunicaran una noticia que no esperaban.

Página 23 de Loira, de Étienne Davodeau
Fotografía: Lucía Rodríguez

Pág. 24-25 de Loira, de Étienne Davodeau
Fotografía: Lucía Rodríguez

Páginas 26-27 de Loira, de Étienne Davodeau
Fotografía: Lucía Rodríguez

Pág. 28 de Loira, de Étienne Davodeau
Fotografía: Lucía Rodríguez

 En torno a esa invitación y a esa noticia girará todo el cómic, cien páginas impecables teñidas de saudade, o mejor dicho, al ser una obra gala, de mélancolie.

 Étienne nos conmueve, pero también nos hace reír en este retrato de las relaciones humanas. A orillas del Loira, las jornadas serán largas, y en torno a la mesa no faltarán buenas viandas y bebidas que faciliten la evocación de los recuerdos y el conteo de experiencias que desembocaran en confesiones nunca antes compartidas. La catarsis de los protagonistas que indagan en aquello que fueron para poder confrontar lo que ahora son. Étienne Davodeau, que siempre se ha caracterizado por su curiosidad por el ser humano, hurgando sin anestesia en los complejos comportamientos de la condición humana.

 Esa podría ser la sinopsis de Loira, con personajes profunda y típicamente franceses que, a su vez, nos tocan a todos.

 Las viñetas de Étienne son un ejercicio soberbio de estilo, y sus delicadas acuarelas transmiten a la perfección el poder del río y la naturaleza. La vida, la mera existencia, palpita en las riberas del Loira como un milagro.

Pág. 78-79 de Loira, de Étienne Davodeau (Ediciones La Cúpula)
Fotografía: Lucía Rodríguez

 Hace años tuve la suerte de pasear por sus orillas en Nantes y en Saint-Nazaire, donde se encuentra su desembocadura, pero Étienne me muestra ahora su cauce lejos de los grandes núcleos urbanos. Y he de decir que, ahora que llegó la canícula, uno daría cualquier cosa por veranear cerca de esas aguas, en una casa aislada y solitaria como la que aparece en sus páginas. Acarrear hasta allí una maleta llena de libros y unas botellas de Pastis y otros licores franceses. Y brindar por todas aquellas personas que dejaron su huella en nosotros.

Loira, de Étienne Davodeau (Ediciones La Cúpula)
Fotografía: Pedro Delgado

Nota: Destacar la excelente traducción de Raúl Martínez Torres y el cuidadoso rotulado de Iris Bernárdez.

Pueden leer la reseña de la anterior novela gráfica de Étienne Davodeau en el siguiente enlace:

https://cartadesdeeltoubkal.blogspot.com/2022/02/corredores-aereos-o-de-como-aprender-no.html

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