Viajeros. De Jonathan Swift a Alan Hollinghurst (1726-2017). Marta Salís, ed. Alba Editorial. Fotografía: Lucía Rodríguez |
Hay un libro que me acompañó durante todo el año pasado y del que no quiero quedarme sin hablarles. Se trata de Viajeros. De Jonathan Swift a Alan Hollinghurst (1726-2017), de la editorial Alba. Sesenta y seis relatos viajeros, seleccionados por la profesora y traductora Marta Salís de entre los grandes nombres de la literatura universal, reunidos en un solo tomo. Un volumen que no tiene desperdicio y que viene una vez más a contradecir esa absurdez de que el relato es un género menor, cuando tiene tanta o más fuerza que la novela.
Con este libro he sentido también el poder de la literatura de viajes. Mientras mi ser físico leía en el sofá del salón, en el banco del porche, en la cama, e incluso en algún que otro tren, mi ser mental transitaba desiertos, selvas o mares tempestuosos.
Leyendo Viajeros (Alba Editorial) en el tren Fotografía: Lucía Rodríguez |
Cada una de las sesenta y seis narraciones, con estilos, escenarios y personajes diferentes, vienen acompañadas de una breve semblanza del autor y una explicación acerca del relato y el por qué de su elección. Lo cual me parece todo un acierto.
Somerset Maugham (1874-1965) |
Con la salvedad de los cuentos de Somerset Maugham, Jane Bowles y Clarice Lispector, no he leído estos cuentos a saltos, como suele hacerse con las antologías, yendo hacia atrás y hacia adelante en función de la sonoridad de un título o el renombre de un autor, pues el orden tiene su importancia en este volumen, ya que, como nos explica Marta Salís en el interesante texto de presentación, los relatos «se ofrecen ordenados cronológicamente a partir de la fecha de publicación, lo que permite trazar una especie de línea evolutiva en el tratamiento y la consideración del viaje como tema».
Hay muchos tipos de viajes -de conquista, de exploración, de turismo, de peregrinación, de trabajo, de guerra, de huida-, tantos como tipos de viajeros –entusiastas, indolentes, asombrados, circunspectos, soñadores, obligados–, y en ellos no es extraño que asomen motivos contradictorios. (…) Los motivos y propósitos que impulsan al viajero son muy diversos, y en esta antología parece enumerarlos, con una fórmula de cuento popular, Grace James en «La Mujer de Hielo»: «Érase una vez un anciano y un muchacho que se marcharon juntos de su pueblo para viajar a una lejana provincia. Si lo hicieron por placer o por trabajo, por motivos económicos, por asuntos de dinero, de amor o de guerra, o por alguna firme promesa, grande o pequeña, ya no lo sabemos».
De la Presentación de Marta Salís
Algunos cuentos tienen un final redondo, y otros abrupto, como si el autor se hubiese olvidado de rematarlo y tuviésemos nosotros que encargarnos de esa tarea. Unos son breves, y otros largos, con una extensión que abarca desde la media página de La partida, de Franz Kafka, a las cuarenta de Bola de Sebo, de Maupassant.
Entre los sesenta y seis escritores que ha seleccionado Marta Salís no faltan los clásicos del relato, como Rudyard Kipling, Jack London, Joseph Conrad, W. Somerset Maugham, O. Henry, Amelia Edwards, Edith Wharton, Guy de Maupassant, Horacio Quiroga, Juan Rulfo, Antón P. Chéjov, Isaak E. Bábel, Iván A. Bunin, H. P. Lovecraft, Ray Bradbury o los Bowles.
Los Bowles: Jane y Paul |
De mi admirado Paul Bowles, Marta Salís ha escogido esa obra maestra que es Un episodio distante (la dicha habría sido completa si Marta hubiese añadido El renegado, de Albert Camus, el motivo es largo de explicar y será mejor dejarlo para otra entrada).
Cuando entraron por las puertas del pueblo, el habitual enjambre de rapaces se levantó y corrió en medio de la polvareda dando gritos al lado del autobús. El profesor se quitó los anteojos de sol, se los guardó en el bolsillo; y en cuanto el autobús se detuvo saltó a tierra para abrirse paso entre los niños que, indignados, trataban de agarrar su equipaje, y se dirigió deprisa al Grand Hotel Saharien.
Un episodio distante. Paul Bowles
Ya que este es un blog en el que Marruecos tiene su importancia, les diré que Viajeros contiene otro relato ambientado en el país vecino. Se trata de Vuelta a casa, de la escritora y profesora marroquí Laila Lalami.
Laila Lalami. Fotografía: Jesse Dittmar |
Sus páginas tratan el tema de la emigración, y plasman a la perfección el choque del regreso y las diferentes perspectivas de unos y otros: los que se fueron (Azib, que lleva cinco años trabajando en Madrid y vuelve de visita a Casablanca), y los que se quedaron en Marruecos (su madre y Zohra, su mujer).
La madre de Zohra, que vivía al final de la calle, también se había pasado a verlo; estuvo sentada en silencio escuchando las conversaciones, hasta que por fin preguntó:
–¿Por qué estas trabajando allí si tu mujer está aquí? –Chasqueó la lengua en un gesto de reprobación.
Azib miró a Zohra. Quería hablar de eso con ella, pero todavía no habían podido tener un momento a solas. Carraspeó y volvió a llenar la taza de su suegra.
Vuelta a casa. Laila Lalami
Tampoco faltan escritores españoles en el volumen, representados por Leopoldo Alas «Clarín», Emilia Pardo Bazán, Miguel de Unamuno y Ramón María del Valle Inclán, siendo el relato de Emilia Pardo Bazán, De polizón, el que más me ha gustado de los cuatro.
En definitiva, este es un libro que nos invita a la escapada, a cruzar fronteras y vivir aventuras, como ya nos anticipa la portada en la que una mujer mira el paisaje por la ventanilla de un tren.
https://www.1stdibs.com/en-gb/art/prints-works-on-paper |
La imagen pertenece a un antiguo cartel publicitario de la compañía Intourist, obra de Nikolai N. Zhukov. «De Shepetovka a Bakú en 55 horas. La ruta más corta, barata y cómoda entre Irán, Persia y Europa occidental vía la U.R.S.S.», rezaba la publicidad en 1937. A la mujer he creído verla en otro cartel, el que anunciaba Photo España 2020. La joven sigue mirando por la ventanilla (en realidad en la fotografía mira por la ventana de un edificio), pero ahora se ha girado y no fija sus ojos en los oleoductos que atraviesa el tren, sino en nosotros.
Steve Hiett. Cecilia Changellor, 1996 @Steve Hiett. Colección Carla Sozzani |
Y esa mirada, dulce y serena, se convierte en toda una invitación para abrir el libro y partir. Para viajar a través de sus 892 páginas.
«¡Feliz quien como Ulises ha hecho un largo viaje!»
Joachim du Bellay
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