El año pasado leí una anécdota en el periódico, y me pareció tan buena que decidí guardarla para compartirla con ustedes este día.
La conversación se desarrollaba entre una periodista (Patricia Gosálvez) y cinco reclusas de la prisión de Alcalá Meco. Una de ellas, Ana, contaba que en una cárcel mixta preguntó por un curso de carretillero. "Pues no van y me dicen 'ese es para hombres, tú haz el de igualdad'; 'no, perdone', contesté, '¡el de igualdad parece que lo tiene que hacer usted!".
No me dirán que no dan ganas de aplaudirla y de gritarle "¡¡Olé!!". Como a todas esas mujeres que salieron y salen a recorrer el mundo en solitario. La última de la que me he enterado es Anne-France Dautheville. En 1973 dio la vuelta al mundo en moto y lo contó en un libro: Y me llevó el viento, editado por Interfolio las pasadas navidades.
Y me llevó el viento de Anne-France Dautheville |
"Mis amigos me dijeron que me violarían, que me venderían como esclava de un harén o que me asesinarían; ¡estás loca!, decían. Pero nadie me dijo que fuera de Europa la mujer que viaja sola se convierte en algo prácticamente sagrado, que todo el mundo querría ayudarme y protegerme… pero eso lo descubrí después."
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