martes, 7 de enero de 2020

ORO, INCIENSO Y MIRRA


Como todos los años, los Reyes Magos de Oriente cumplieron con la tradición y me dejaron sobre el sofá unos cuantos regalos. Ninguno caro, fastuoso y vacío. Al contrario, alimentos para el alma que harán más agradables las largas tardes de invierno que aún nos esperan. Y como es verdad que los regalos que recibimos también nos definen, quiero compartirlos con ustedes en este blog, como preludio de libros y películas que aparecerán por aquí.

Mis regalos de Reyes de 2020. Fotografía: Lucía Rodríguez

 El oro es Mimosas –la película de Oliver Laxe que vi en el cine Albéniz en el 2017, y de la que ya les hablé*– en una edición especial limitada que incluye La debilidad de creer. Diario de rodaje de Mimosas, escrito por Santiago Fillol (coguionista) entre febrero y abril de 2015, y el corto Paris#1 rodado por Oliver Laxe en 2007.


 El incienso sería El rey de los genios y otros relatos, de Muhammad Zafzaf (Huerga y Fierro Editores, 2002), escritor nacido y muerto en Casablanca del que nunca había oído hablar. Imperdonable no haber leído El rey de los genios habiendo pasado por su morada (Sidi Shamharush) tantísimas veces camino del Toubkal.

El rey de los genios y otros relatos, de Muhammad Zafzaf. Fotografía: Lucía Rodríguez

 La mirra podría ser Sujeto elíptico, del malagueño Cristian Crusat (Editorial Pre-Textos, 2019), otro título enclavado en el mundo bereber que desconocía, una mezcla de narración, ensayo, biografía y relato de viajes que ganó recientemente el Premio Tigre Juan al mejor libro de 2019.

Sujeto elíptico, de Cristian Crusat. Fotografía: Lucía Rodríguez

 Y como Sus Majestades fueron generosas, añadieron: 

 Una bandada de cuervos, del japonés Denji Kuroshima (Ardicia Editorial, 2014), conjunto de relatos que refleja la suerte de soldados y civiles durante la llamada "Intervención siberiana" de 1918 que enfrentó a las tropas japonesas y al recién creado Ejército Rojo. Quizás porque Kuroshima fue reclutado y enviado a combatir a Siberia, presiento que esas 168 páginas me van a llevar a releer esa obra maestra de Hugo Pratt que lleva por título Corto Maltés en Siberia, enmarcada en el mismo tiempo y lugar (aunque el veneciano sumó China a la aventura).

Personajes de Corto Maltés en Siberia sobre Una bandada de cuervos, de Denji Kuroshima
Fotografía: Pedro Delgado

 Dos westerns que tengo muchas ganas de ver: Los hermanos Sisters, de Jacques Audiard, y Blackthorn (Sin destino), de Mateo Gil. El segundo, ambientado en Bolivia y en torno a la figura de Butch Cassidy, seguro que me transporta al país andino, donde rastreé, hace ya muchos años, las huellas de Butch Cassidy y Sundance Kid, aquellos forajidos de leyenda que retrató George Roy Hill en Dos hombres y un destino.



 La película de animación Un día más con vida, de Raúl de la Fuente y Damian Nenow, inspirada en la obra homónima de Ryszard Kapuscinski, que recoge la experiencia del periodista y escritor polaco en la guerra civil angoleña.


 El film de Isabel Coixet Nadie quiere la noche, acerca de la esposa del explorador estadounidense Robert Peary, encarnada por Juliette Binoche en la Groenlandia de 1908.


 Y, por último, Feliz Navidad, Mr. Lawrence, de Nagisa Oshima, donde actúa mi añorado David Bowie. No recuerdo en qué cine vi la película cuando la estrenaron en 1983, pero el tema principal de su banda sonora (de Ryuichi Sakamoto) se me quedó grabado en la memoria; para desgracia de mi hijo Pedro, que tuvo que escuchármelo tararear innumerables veces durante nuestro último viaje por el sudeste asiático.


 Y nada más, espero que los de Oriente hayan acertado con ustedes y les deseo un Feliz Año Nuevo con libros que leer, películas que ver, discos que escuchar, aventuras por vivir y retos que superar en este año que recién estrenamos.

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